EN EL OJO DE LA TORMENTA (**1/2)

 Dirección: Steven Quale Guión: John Swetnam Actores: Richard Armitage, Sarah Wayne Callies, Jeremy Sumpter, Max Deacon, Nathan Kress, Matt Walsh, Arlen Escarpeta, Jon Reep, London Elise Moore y Kyle Davis Música: Brian Tyler Fotografía: Brian Pearson Duración: 89 minutos

SIENTE EL TORNADO

Steven Quale, director de la entretenida «Destino Final 5» (una de las primeras películas que me sorprendió por el buen uso del 3D), retoma el cine de catástrofes ambientales que a mediados o finales de los años 90 vivió un ferviente renacer con cintas como «Volcano«,  «Twister» o «Un pueblo llamado Dante´s peak«.

Como ya hiciera Jan de Bont en «Twister» aquí se nos pone en la piel de un grupo de científicos cazatornados (Sarah Wayne Callies, Matt Walsh, Arlen Escarpeta o Jeremy Sumpter), si bien el protagonismo queda compartido con un padre viudo (Richard Armitage) y sus dos hijos (Max Deacon y Nathan Kress).

El film, de 89 minutos de duración y que pierde media hora de su metraje en presentar a unos personajes que parecen no poder evitar el tener una cámara de video en todo momento (algo que hace por justificar el que posteriormente seamos testigos de los temibles tornados desde múltiples vistas), podría pasar por cualquier telefilm de sobremesa sino fuera por los espectaculares efectos especiales y una ambientación sobresaliente.

Gracias a ese brillante apartado técnico, donde junto a los efectos visuales también brilla el potentísimo sonido y la banda sonora de Brian Tyler, nos encontramos con una experiencia que te hará sentir como si un tornado pasase por encima de tu cabeza y arrasara con todo lo que te rodea.

En el apartado de los actores sólo puedo destacar al actor Richard Armiage, al cual hemos visto recientemente en las dos películas de «El Hobbit» y que aquí parece un clón del aventurero presentador de «El último superviviente«, y a Matt Walsh con ese personaje que no tiene límites a la hora de cazar tornados junto a su flipante «tanqueta» llamada «Titus«.

En resumen podría hablar de una justita película en el aspecto interpretativo y argumental, pero que funciona a las mil maravillas cual montaña rusa al servicio del entretenimiento. Es decir, muy corta en su duración pero llena de intensas sensaciones.

Lo mejor: Efectos visuales, ambientación, sonido y la tanqueta «Titus«.

Lo peor: Tarda en arrancar, perdiendo muchos minutos excusando el uso indiscriminado de tomas mediante cámaras de mano, y algunos de sus actores parecen salidos de una teleserie de bajo presupuesto.

Puntuación: 1/2